Rate this post
Altos pasos de montaña

Altos pasos de montaña

Cuando el pasado mes de septiembre abandonábamos Dushanbe, la capital tayika, comenzando así nuestro periplo por la Ruta del Pamir, estábamos ansiosos por ver lo que nos iríamos encontrando por el camino. Hoy, finalizado el viaje, os puedo decir que nuestras expectativas se quedaron cortas y que ha resultado ser uno de los recorridos más interesantes que he hecho en mi vida. Cada día era diferente y ya desde el primer momento fuimos descubriendo cosas nuevas enmarcadas en unos paisajes impresionantes. La ruta se convirtió en una especie de gigantesco puzle con piezas muy diversas.

Ante nuestra atenta mirada fueron desfilando restos de antiguas fortalezas enclavadas en lugares inexpugnables, bulliciosos mercados, aguas termales donde poderse dar un relajante baño, pequeños pero muy cuidados santuarios zoroastrianos, antiguas cuevas budistas, también ascendimos una pequeña montaña para encontrarla repleta de  petroglifos, disfrutamos de preciosos lagos de alta montaña como el Karakul, o de picos emblemáticos como el Karl Marx con sus 6.723 metros de altura o el Lenin de 7.431 metros, cruzamos algunos pasos de montaña como el Ak- Baitall de 4.655 de altitud en un frio día pero con un sol radiante, nos despedimos casi con lagrimas en los ojos de la cordillera del Pamir y saludamos a la del Hindu Kush.

Sabíamos que por cada kilometro que avanzábamos estábamos más cerca del final del viaje y nos daba pena, mucha pena, pero también éramos conscientes y felices por ello, que este viaje nos estaba mostrando algunas puertas que creíamos cerradas hasta ese momento, y que nos ayudarían a plantearnos nuevos retos viajeros…

Deja un comentario