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Desde niño soñé con recorrer esta legendaria ruta que durante siglos comunicó Oriente con Occidente y que no solo servía como vía de intercambio y comercio de la seda o de las valiosas especias. También saberes, religiones y cultura emprendieron caminos de ida y vuelta a través de los innumerables ramales y caminos, no exentos de peligros, por los que circulaban las caravanas.

Tras algunas lecturas de juventud sobre las andanzas de Marco Polo, llegó a la televisión  una larga serie de documentales producidos por una televisión japonesa, la música era de Kitaro y desde el primer capítulo, y semana tras semana, me sentaba entusiasmado frente al televisor, yo también quería recorrer aquellos lugares legendarios. Afortunadamente lo conseguí. Llevo muchos años deambulando feliz por los diversos países por los que pasaba la ruta.

Ayer hablé de todo eso en Toledo, en las jornadas que organiza la Real Fundación Toledo en colaboración con el Museo Sefardi. Hablé de la seda, de las especias, de Marco Polo, de Samarcanda, de la Ruta del Pamir, de Ruy Gonzalez de Clavijo y su embajada a Tamerlán, de los romanos, de cómo de forma misteriosa la seda salió de China, de Alejandro Magno y sus expediciones, de territorios indómitos y desconocidos, de islas remotas y de otras muchas cosas.

Al igual que yo hace muchos años cuando deseé emprender viaje por aquellos territorios lejanos confío que ahora a través de mis palabras otros sientan las mismas inquietudes y deseos por convertirse en modernos Marco Polo. Los sueños están para que se cumplan y solo dependen de cada uno de nosotros conseguirlo. ¿Cuál será tu próximo destino en la Ruta de la Seda?

A continuación os adjunto algunas en Asia Central, corazón de la Ruta de la Seda ( Kazajastan, Kirguistan y Tayikistan ).

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