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5.- Recién aterrizados dentro del glaciar

5.- Recién aterrizados dentro del glaciar

Ayer comencé a escribir una serie de textos dedicados a Alaska, una de las regiones más salvajes y atractivas del planeta. Comencé con un recorrido marino, navegando por el Pasaje Interior, hoy la experiencia será por aire.

En un territorio tan extenso, a veces los desplazamientos por tierra se hacen interminables o simplemente no son posibles. Moverse en avionetas o en helicópteros es algo muy habitual en estas lejanas latitudes, yo lo hice y desde luego fue una experiencia fascinante.

Los paisajes son muy diferentes viéndolos desde el aire, nada es igual desde las alturas. Los ríos, montañas, glaciares y bosques adquieren nuevas formas.

Hoy os contare un largo paseo que hice en helicóptero para observar el Glaciar Mendenhall. Situado a escasos kilómetros de la pequeña localidad de Juneau en el sureste de Alaska es un precioso glaciar con una lengua  de unos 20 kilómetros de largo.

Despegamos de un pequeño helipuerto y en pocos minutos estábamos sobrevolando el glaciar, el piloto era joven pero experto y muy entusiasta, conocía muy bien los lugares desde donde obtendría las mejores vistas, unas veces avanzábamos por la derecha y otras por la izquierda, nos cruzábamos de un lado a otro del glaciar, subíamos o descendíamos, girábamos, en fin todo un derroche de movimientos que nos permitió  explorar desde el aire casi cada metro del glaciar, pero eso no fue todo. En un instante el piloto me propuso aterrizar en el interior del glaciar, no lo dude y le grite un contundente SI, así lo hicimos. He caminado por muchos glaciares en mi vida pero nunca había llegado a ninguno de ellos en helicóptero, mucho menos aterrizar en su interior y encima lo hicimos en dos ocasiones.

Sabía que Alaska me proporcionaría muchas sorpresas agradables, pero sin duda esta, fue una de las mejores.

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