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Monasterio de Taktsong

Monasterio de Taktsong

De un país en el que para el Gobierno es más importante la felicidad de sus ciudadanos que la economía y que de hecho, lo miden y es algo constitucional… sólo podemos esperar que sea un país increíble. Hoy te desvelamos cómo es Bután en 6 claves.

  • Decir que Bután es el país más feliz del mundo no es una leyenda o un reconocimiento del informe anual The World Hapiness, es un hecho constitucional. Es el único país en el que se mide la Felicidad Nacional Bruta y que ésta, es más importante que el Producto Nacional Bruto. Es decir, constitucionalmente es más importante la felicidad de sus habitantes que su economía. Este concepto se basa en seis docenas de variables, agrupadas en nueve apartados, que cuentan con bienestar psicológico, vitalidad comunitaria, ecología, buen gobierno y uso del tiempo. De manera regular se hacen encuestas a los habitantes de este pequeño país para definir y el nivel de felicidad y tomar decisiones prácticas y reales en función de estos resultados. La idea de crear un Indice de Felicidad Nacional Bruta fue del Rey Jigme Singyie Wangchuck cuando fue coronado Rey en 1974 con 18 años.
  • Cualquiera que pise Bután podrá apreciar, por razones obvias, que este país es un lugar mágico que además, puede presumir de haber sido un Reino Secreto. Durante muchos años estuvo prohibida la entrada a occidentales y, de hecho, hasta 1999 no se autorizó ni Internet ni las televisiones por miedo a que hubiera un contagio cultural.
    A día de hoy, cuenta con uno de los visados más difíciles y costosos de conseguir ya que desde el propio Gobierno quieren limitar la entrada de turistas a Bután con el fin de mantener la exclusividad y también, la paz y felicidad de sus ciudadanos. Durante todo el año llegan a Bután alrededor de 100.000 turistas, cifra equivalente a los visitantes al Museo Louvre de París en cuatro días.

    takin

  • El respeto por el medio ambiente es un mantra en Bután por lo que salvo excepciones está prohibida la pesca y caza. Esta faceta sumada a la privilegiada ubicación paisajística del país asiático dan lugar a que se puedan encontrar algunas de las especies más increíbles: en las junglas del Sur hay habitan libremente elefantes y rinocerontes mientras que en las nieves de las zonas más altas residen los leopardos. Además, en el Parque Nacional Jigme Singye Wangchuck hay tigres de Bengala, pandas rojos, langur dorados, osos negros del Himalaya, takins… y otras muchas especies únicas y cada vez, más difíciles de encontrar debido a problemas de extinción.
  • La imposible orografía de este pequeño país hacen de Bután una quimera hecha realidad, con un Patrimonio natural y cultural casi intacto. Con la imponente silueta siempre nevada del Jomalhori de fondo y sus 7.316 metros protegiendo a los butaneses, los verdes y exuberantes montañas contrastan con las fortalezas y monasterios dispersos por la nación del Himalaya que acumulan siglos de historia. En todo el país no hay ni un sólo semáforo lo que hacen de su capital, Timbu, la única en el mundo sin semáforos. Así pues, la única autopista que recorre el país tiene una longitud de 7 kilómetros y no se puede sobrepasar los 50 kilómetros por hora. Es el ritmo lento de Bután y el equilibrio entre el pasado y el presente lo que hace único a este país. No es que sea un lugar de cuento de hadas, es que los cuentos de hadas proceden de allí.
  • Si hay algo que es plenamente representativo de Bután son sus monasterios que están repartidos por todo el país. Reciben el nombre de Dzong y son edificios muy característicos y particulares en los que conviven monjes y funcionarios. En su capital de invierno, Timbu está el más importante del país, el Dzong de Punhaka al que se conoce como el Palacio de la Gran Felicidad. Mide 180*72 metros entre los que destaca su alta torre blanca en el centro (utse) y sus impresionantes molinos de oración decoradosDrupka Kuelong con Tankas (pinturas religiosas).
    El otro gran templo de Bután y, tal vez, el más reconocible dada su ubicación en una colina es el Monasterio de Taktsong, formado por 13 templos. Sólo se puede acceder a él caminando durante 3 horas o a caballo y es también conocido como el Nido del Tigre ya que según cuenta la leyenda, en el siglo VIII Guru Rimpoche llegó volando a lomos de una tigresa.
  • La última particularidad de Bután que te vamos a desvelar es la referida a Drupka Kuolon y la veneración de los butaneses por los falos. Los pintan en sus casas, vehículos… son una parte fundamental de sus ceremonias tradicionales ya que según creen, ayuda a la fertilidad, protege de del mal y disipa los chismes maliciosos. Y, ¿esto por qué? La creencia se atribuye a Drukpa Kunley, un maestro budista conocido como el «Divino loco» y conocido por sus dinámicas poco ortodoxas que ahuyentó al mismísimo demonio.

En definitiva, la búsqueda incesante de Bután por la felicidad y sus celos por proteger su exclusividad y esencia, convierten a este país en un lugar único en el mundo al que sus paisajes en lo alto del Himalaya hacen justicia a un auténtico cuento de hadas. ¿Te animas a descubrir este lugar ahora que aún es prácticamente «virgen»?

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