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6 y 7.Cata de cafés en Jesús Martin. Salento

6 y 7.Cata de cafés en Jesús Martin. Salento

Colombia consiguió lo que otros países no pudieron, que me gustara el café y sacarme a bailar, hoy solo os hablare del rico brebaje, lo del baile lo dejo para otra ocasión.

El café colombiano tiene reconocida fama internacional por eso decidí que en uno de mis viajes al país sudamericano el pretexto fuera conocer y disfrutar a fondo de la zona cafetera, y que conste que hasta ese momento el café no era una de mis bebidas favoritas.

El denominado triangulo cafetero tiene sus tres vértices en las ciudades de Manizales, Pereira y Armenia. Es una zona montañosa, repleta de ríos y donde se pueden realizar bellísimos paseos rodeados de picos volcánicos, aquí llamados nevados, cubiertos de nieve. Es un paisaje idílico y que por lo avatares de la reciente historia colombiana estaba carente de una mínima seguridad para los viajeros, afortunadamente son tiempos pasados y todo ha cambiado a mejor. Hoy, como decía aquel famoso eslogan turístico, el único riesgo “es que te quieras quedar“, y sin duda muchos lo han hecho.

 Y ahora un par de consejos si decidís viajar por este rincón del planeta. Alójate en alguna de las haciendas cafeteras, yo lo hice en Hacienda Venecia, es la mejor manera de conocer y sentir lo que es el café por estas tierras paisas, monta en los “willys”, esos famosos jeep que se utilizaron en la 2ª Guerra Mundial y que llegaron hasta Colombia como modelos sobrantes del ejercito de los EEUU y por ultimo disfruta del hablar lento, cadencioso y musical con  las explicaciones de los buenos maestros cafeteros. En Salento, un precioso pueblo de calles adoquinadas y donde el tiempo discurre muy lentamente  me hice adicto al café colombiano. En el Café Jesús Martin asistí a una clase magistral y degustación de diferentes cafés. Quede fascinado y adicto a esta bebida. Días más tarde alguien me comento mientras jugábamos una partida de billar, confieso que por mi parte  había más entusiasmo que habilidad, que para tomar un buen café, solo hay que guiarse por sus letras, “c” de caliente, ”a” de amargo, ”f” de fuerte y “e” de espeso. Desde entonces cumplo esta máxima y os aseguro que funciona.

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