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Gente comiendo con palillos

Gente comiendo con palillos

Comí por primera vez con palillos en Bangkok, la capital tailandesa, hace muchos años. Desde luego no me resulto nada fácil hacerme con el uso de aquellos “cubiertos”, pero en aquel largo viaje que hice por Birmania, China, Tibet y Nepal no tuve más remedio que aprender y desde luego lo hice, seguro que no de manera muy ortodoxa, pero al menos me valió para que no se quedara ningún pedazo de comida en el plato. A mi regreso a Madrid recuerdo que fui con unos amigos no viajeros a comer a un restaurante chino, allí pude presumir entonces de mis habilidades, era incluso capaz de comer el arroz con soltura. Les deje alucinados. Sin duda eran otros tiempos.

Se dice que los palillos fueron inventados en China durante la dinastía Sang, allá por el siglo XII a.C. y  desde luego comer con estos, para nosotros curiosos utensilios, exige conocer todo un decálogo de buenas costumbres para no meter la pata. Vayan aquí unos ejemplos: No dejar nunca los palillos pinchados en el bol de arroz, no frotar nunca los palillos, salvo que sean los desechables de madera, sería como decir que son de mala calidad, comer siempre con la mano derecha, no pasar comida a otro comensal con nuestros los palillos porque ese gesto denota muy mala educación.

Cada país oriental tiene sus particularidades, en Japón, por cierto, el mayor productor de palillos del mundo, son finos y de extremos puntiagudos, en China son de madera y puntas redondeadas, en Corea son metálicos, confieso que a mi estos últimos me da cierta grima utilizarlos y no me resultan cómodos.

De todas formas si alguien no domina este peculiar arte y no quiere pasar hambre o hacer el ridículo durante el viaje puede llevar siempre encima un kit de cuchillo, cuchara y tenedor, pero también y como último recurso, ya se sabe que a grandes males grandes remedios, os aconsejo llevar algo de jamón de pata negra envasado al vacío, como el preciado fiambre se coge con los dedos no habrá ningún problema. Buen provecho.

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