El origen de los nombres

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El nombre que se le da a una ciudad, a un monte o a cualquier rincón del mundo puede decirnos muchas cosas acerca de él sin apenas haberlo pisado. Un nombre hacer referencia, a su pasado, a su historia o incluso a su aspecto. Así la mayoría de veces nos ayuda a entender el porque de su existencia. En definitiva, un nombre proporciona identidad, un reconocimiento de que eso que estamos viendo es real. Pero ¿Qué pasa cuando no existe un único motivo con el que bautizar un lugar?

Denali o Monte Mckinley

El Monte Denali es la montaña más alta de Estados unidos con 6.168 metros y una prominencia de 5.500. Sus dimensiones le han convertido en un auténtico reto para los alpinistas ya que pocos consiguen llegar a la cumbre. En el año 1896 un buscador de oro que en ese momento se encontraba  inspeccionando la zona de Alaska, se entera de que Ohioan William McKinley había conseguido ser candidato a la presidencia. Como este a su vez apoyaba el patrón oro el buscador propuso renombrar al monte con su nombre en señal de homenaje. La idea fue publicada en The New York Sun y se hizo oficial tras la inauguración del parque nacional, convirtiéndolo en su nombre oficial. Sin embargo en el año 2015 durante la presidencia de Obama,  se decidió devolver al monte el nombre con el que le habían bautizado los indígenas mucho antes de todo el cambio; Denali que significa, el más grande. 

Myanmar o Birmania

Aunque a muchos todavía  les pueda sorprender, el nombre real de Birmania es Myanmar. Se puede decir que los locales se refieren a su país de dos formas, Myanma, a su forma escrita y Bama de una forma hablada y coloquial. Con la llegada de los europeos los británicos deciden hacer una mezcla de ambos nombres que da como resultado Burma, en español, Brimania. En 1948 se cambia el nombre a República de Birmania, y en 1989, la Junta Militar que gobierna el país le cambia el nombre por Myanmar. 

Ayers Rock o Ulur

Después de la Ópera de Sydney este precioso monte rojizo es una de las atracciones turísticas más importantes de Australia. Se trata de una montaña totalmente aislada en una llanura de un color parecido al suelo de Marte. Pero lo que realmente le hace especial al color es que cambia según le incida la luz del sol. Dicen que la imagen más esperada la proporciona el atardecer. Mide 348 metros de altura por lo que su preciosa silueta se puede apreciar a kilómetros de distancia. 

Los aborígenes le bautizaron hace años como Uluru, pero en 1873 llega William Gosse a la cima de la montaña y lo bautizó como Ayers Rock en señal de respeto hacia el primer ministro de Australia Meridional. Con el tiempo y a medida que han mejorado las relaciones con la gente local, se comenzó utilizar el nombre Ayers Rock/Uluru pero en el año 2002 el orden se modificó y se mantuvo hasta día de hoy como Uluru/Ayers Rock. 

Leningrado, Petrogrado, San Petersburgo 

San Petesburgo es una ciudad que también ha ido adquiriendo diferentes nombres a lo largo de su historia. Su primer cambio oficial surgió tras su participación en la primera Guerra Mundial. Las diferencias que sintieron hacia Alemania eran tales que decidieron eliminar todas aquellas palabras que sonaran germanas. Muchas familias tuvieron que cambiar sus apellidos para que sonaran rusos y finalmente se hizo una solicitud al rey para que se conociera oficialmente como Petrogrado (1914). 

El segundo nombre que adquirió fue en 1924 tras la muerte de Lenin.  El Sóviet propuso en señal de homenaje a su líder el cambio a Leningrado y así se hizo.  Durante muchos años se estuvo bromeando acerca de ambos nombres ya que habían cambiado en muy poco tiempo. En 1989 surgió otra iniciativa con el objetivo de regresar al nombre original. Finalmente se convocaron unas votaciones para conocer la opinión de la mayoría y como resultado, se volvió a cambiar a San Petersburgo. 

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