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En un árbol sobre nosotros

En un árbol sobre nosotros

Confieso que en ese instante casi se me saltan las lágrimas. Estaba profundamente emocionado, sentí una sensación muy fuerte, diría que fue como vivir una experiencia espiritual.

Deje de hacer fotos, permanecí allí observando muy atento todo aquello que me rodeaba. Era un privilegiado al estar allí viviendo un autentico regalo de la naturaleza salvaje.

El macho que se había mantenido algo distante del grupo decidió pasearse frente a nosotros con total descaro, luego, sin perdernos de vista se sentó plácidamente junto a un árbol, parecía tenerlo todo controlado, al mismo tiempo la cría más pequeña no dejaba de incordiar a la madre, saltaba y se revolcaba sobre ella, ésta a su vez con una paciencia infinita le golpeaba cariñosamente, otra hembra, y sin apenas darnos cuenta, se subió a una rama justo encima de nosotros, empezó a saltar hasta que la rompió cayendo al suelo, se levantó como si nada. Luego se retiraron un poco despareciendo entre el follaje, al poco rato volvieron, entonces las hembras se pusieron a comer ramas de bambú, la cría siguió con sus juegos, decidieron alejarse y con cautela les seguimos, volvieron a detenerse a comer. Seguimos observando.

Finalmente nuestro tiempo acabó y tocaba regresar.  Estuvimos 1 hora junto a los gorilas y sentí una extraña sensación al abandonar el lugar. El tiempo parecía haber adquirido una nueva dimensión, a la vez pasó muy rápido, pero también fue mucho y muy intenso lo experimentado.

Anhelé regresar de nuevo a los Virunga  lo antes posible.

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