Viajes Angulares: Isla de Pascua

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Isla de Pascua

Después de una semana de malas noticias, (Corea del Norte amenaza al mundo, huracanes en el Caribe, terremoto en México, etc), al menos hoy lunes arrancamos la semana con una buena noticia: Isla de Pascua.

Isla de Pascua, Rapa Nui para sus habitantes nativos, tendrá el área marina protegida más grande de Chile. Esta declaración llega tras una votación efectuada por los propios rapanuis e impide realizar pesca que no se efectúe “con artes y aparejos artesanales del pueblo rapanui”. Blindará de esta manera un área de 720.000 km2 impidiendo la pesca a todos aquellos que arrasan sus recursos, convirtiéndola a partir de ahora en una zona sustentable.

Visité Isla de Pascua, aquella de la que el escritor Pierre Loti escribió: “En medio del Gran Océano, en una región por la que nadie pasa jamás, hay una isla misteriosa y perdida”, hace años. Un amigo santiaguino, Javier, me llevó a otro amigo pascuense, Robinson Tepano y este último fue mi guía y anfitrión durante los días que permanecí en la isla. Robinson es sobrino del guía que tuvo el explorador noruego Thor Heyerdhal cuando visitó la isla y me contó un montón de anécdotas e historias.

Uno de los días me recomendó ir a Terevaka, la colina más elevada de la isla. Fue un paseo muy agradable, cuando llegué al final, me detuve, y me senté mirando al horizonte, viví un momento que para mí fue mágico y que recuerdo con nostalgia.

Ante aquella inmensidad de agua que rodea la isla y cuyo punto de tierra más cercano se encuentra a 3.700 kilómetros, el horizonte aparecía redondeado, nunca lo había visto así, quizás por eso en la antigüedad a la isla la llamaban Te pito Te henna, el ombligo del mundo. Me quedé allí bastante tiempo abstraído del mundo. Fue casi una experiencia mística.

A Isla de Pascua llegué con muchas preguntas y me volví de ella sin ninguna respuesta, aunque quizás eso también sea uno de los encantos de Rapa Nui.

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