La Ruta del Quijote: Paradas imprescindibles

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Uno de los grandes títulos de la literatura en España es, sin duda, ‘Don Quijote de la Mancha’. La obra de Cervantes narra las aventuras y desventuras del ilustre caballero en su recorrido por tierras manchegas. Hoy, queremos revivir una de las travesías más épicas por el interior del país. Hermosos paisajes, museos, pueblos de leyenda… ¿Nos acompañas a batirnos contra gigantes? “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…

 

Alcalá de Henares

La localidad madrileña de Alcalá de Henares es el punto perfecto desde el que arrancar nuestra ruta, ya que fue el lugar que vio nacer al creador de este relato: Cervantes. Aquí, rinden homenaje al escritor con la Casa Museo de Cervantes, donde aseguran que nació y vivió durante su infancia. Todavía hoy en día se mantienen la cocina y el comedor intactos. Y para dar la bienvenida a todos los visitantes: don Quijote y su fiel escudero Sancho Panza.

 

Madrid

Si en Alcalá de Henares comenzaba su vida, en Madrid, concretamente en el monasterio de las Trinitarias Descalzas, honran su muerte. Es en esta capilla del Barrio de las Letras donde se encuentran sus restos.

En la capital existen otros puntos en recuerdo de Cervantes, como la estatua dedicada a los dos protagonistas de la novela situada en Plaza España; o la Imprenta Juan de la Cuesta, donde dicen que se imprimió la primera edición del Quijote, de la que todavía se guarda un ejemplar en la Biblioteca Nacional, también con sede en Madrid.

 

Consuegra

Nos movemos hasta la provincia de Toledo, más concrétamente al municipio de Consuegra. El motivo lo descubrirás desde antes de entrar en el pueblo.

– ¿Qué es eso que se intuye a lo lejos? ¡Gigantes!

Así es, a las afueras de esta localidad toledana encontramos algunos de los famosos molinos que enloquecieron al valiente caballero Don Quijote. Una preciosa estampa que disfrutarás más si cabe desde las alturas. Las vistas desde el cerro te permitirán divisar un horizonte de colores tierra, llanuras y uno de los conjuntos de molinos de viento mejor conservados de España.

 

Campo de Criptana

A pesar de que en Consuegra se encuentran los molinos mejor conservados, los que de verdad inspiraron a Cervantes para su épica batalla de Quijote contra los molinos fueron los de Campo de Criptana. Hoy en día, esta zona se considera una de las más atractivas de Castilla la Mancha. Tanto es así que han sido declarados Bien de Interés Cultural de la provincia.

 

Toboso

– “Con la iglesia hemos topado, amigo Sancho”.

Así descubrió Quijote Toboso y no es de extrañar, ya que si por algo es famosa esta localidad es por su iglesia, por lo que así lo reviven también los aventureros que continúan la ruta. Es en este punto del recorrido donde entra en escena el amor, en este caso, con nombre de mujer: Dulcinea.

Los viajeros pueden hacer un alto en el camino y visitar la Casa-Museo de Dulcinea; una recreación de un caserón de la época en el que se mantienen el pajar, el palomar o el lagar típicos del siglo XVI. Cuentan las historias que Cervantes se inspiró en Ana Martínez Zarco de Morales, hermana del dueño de la casa que acoge el museo, para la figura de Dulcinea y este es el motivo de su localización.

 

Argamasilla de Alba 

Todo indica que Argamasilla de Alba puede ser “ese lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme”. Aquí se conserva la Cueva de Medrano, donde Cervantes vivió prisionero y desde donde se cree que comenzó a escribir las travesías de Don Quijote y su fiel acompañante Sancho Panza. Este lugar, declarado Monumento de interés Histórico-artístico, es otro de los puntos de partida en la Ruta del Quijote para quienes eligen seguirla en orden cronológico.

Además de las referencias al Quijote, en Argamasilla de Alba también se puede disfrutar del Castillo de Peñarroya, junto al pantano de homónimo, o la ermita de San Antón.

 

Ossa de Montiel 

La última parada en la Ruta del Quijote nos lleva a Ossa de Montiel, situado a medio camino entre Ciudad Real y Albacete. Uno de los lugares favoritos para los amantes de las aventuras de Don Quijote. Aquí se encuentran varios puntos clave en la historia del hidalgo. El primero de ellos es la Cueva de Montesinos, donde nuestro protagonista desciende a través del tiempo. Es importante tener en cuenta que para conocer la cueva es necesario pedir cita previa, por lo que conviene planear la visita con tiempo.

Para terminar con buen sabor de boca, nos trasladamos al precioso entorno de las lagunas de Ruidera, un paraje que asombró al propio Cervantes por su belleza. Tanto es así que aseguró que “debían ser fruto de la magia de Merlín”.Formadas por quince

lagunas que saltan de unas a otras formando pequeñas cascadas rodeadas de cipreses, encinares y numerosos tipos de ave, encontramos uno de los atractivos naturales más sorprendentes de España.

 

 

En Ossa de Montiel terminan nuestros pasos por la Ruta del Quijote. Aunque esta travesía nos haya conducido a través de Madrid y Castilla la Mancha, otros lugares del país acogen referencias en honor a una de las obras más importantes de la literatura y a su protagonista Don Quijote. Este es el caso de San Sebastián, donde se encuentra una réplica a menor escala de la estatua de Don Quijote y Sancho que hemos visitado en la Plaza de España de Madrid.

¿Tú también quieres seguir los pasos de Don Quijote y Sancho Panza en sus aventuras?

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