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El pasado sábado, 1 de julio, Canadá celebro oficialmente el 150 aniversario de su fundación como país, con este pretexto hoy he decido escribir sobre este extenso y precioso territorio.

Cuenta la leyenda que el Gran Manitu decidió darles a los hombres un paraíso donde vivir, para ello les dijo que les llevaría a un territorio excepcional pero tenían que prometerle que dejarían de guerrear entre ellos. Durante mucho tiempo los hombres cumplieron su promesa hasta que poco a poco comenzaron a enemistarse y a enfrentarse. Manitu comprendió que los hombres habían dejado de cumplir su promesa por lo que decidió llevárselos del lugar en un gran búfalo volador. Con la velocidad del vuelo, el búfalo iba perdiendo a algunos de ellos, estos al caer al agua se convertían en pequeñas islas, las 1.000 islas del rio San Lorenzo, ese que une la región de los Grandes Lagos con el Océano Atlántico y que hace de frontera entre USA y Canadá.

Tome mi barco en Kingston, la ciudad más antigua de Ontario y que está situada a medio camino entre Toronto y Montreal, el recorrido duro varias horas  y aunque hacia frio, era una delicia ir asomado en el exterior del barco divisando un precioso y único paisaje. Las 1.000 islas son realmente 1.864 y para poder ser consideradas islas en este lugar han de cumplir 3 premisas, la primera, mantenerse sobre el nivel del agua todo el año, la segunda, tener un terreno de al menos 930 cm2 y por ultimo tener como mínimo un árbol plantado.

Entre las decenas de islas por las que navega el barco destacaría Isla Zavikon, cuyo terreno pertenece a USA y a Canadá,  la isla Just Enough Room, tan diminuta que solo tiene una pequeña casa y un árbol, Long Vne Island, única isla artificial, la isla Corazón con el precioso castillo Boldt que nunca llego a concluirse o Wolfe Island, la más grande, con más de 1.400  personas viviendo en ella, la…

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