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Hoy, quizás debido a estos calurosos días donde las temperaturas están apretando de lo lindo, he decidido escribir de un lugar donde pase frio. Estoy seguro que cuando llegue el invierno pensaré en viajes y lugares de temperaturas agradables, pero ahora toca lo contrario, y al menos solo por recordarlo me reconforto.

Nos vamos al ártico noruego, al archipiélago de Svalbard, que por cierto significa, “costa fría”.

Llegué a Logyearbyen, en un vuelo desde Oslo con escala en Tromso, en total casi 4 horas de vuelo y siempre en dirección norte. Esta ciudad, de nombre impronunciable, está situada en Spitsbergen, la isla principal y más grande  del archipiélago. Este lugar era mi punto de partida para embarcarme en el Professor Multanovskiy, un antiguo barco científico soviético y que desde la desmembración del imperio soviético se dedicaba a efectuar viajes turísticos por zonas remotas del planeta. Mi viaje, de 15 días de duración, recorrería algunas de las islas de Svalbard. Viaje por tierra y por mar en uno de los lugares más salvajes del planeta.

Dos cosas me sorprendieron nada más tomar tierra tras el vuelo, las preciosas nubes que lo dominaban todo y ver a mucha gente armada por las calles, luego me explicaron que el tema,” osos polares” no es para tomárselo a broma por estas latitudes…. CONTINUARÁ

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