Hace unos años viajé por la región de Yunnan en China, uno de los días nos alojamos en un lugar fantástico, el hotel Linden Centre en la localidad de Xuzhou, en la provincia de Jiangsu.

En su origen este establecimiento fue una preciosa casa construida a principios de 1.900 por un rico comerciante bajo el estilo arquitectónico bai. Durante la revolución comunista se utilizo como barracones militares, años más tarde con la Revolución Cultural de Mao se destinó a hospital militar. Finalmente y con el paso de los años se fue abandonando y su deterioro fue grande. Sus actuales propietarios, el matrimonio norteamericano Linden, decidieron realizar una laboriosa y acertada rehabilitación abriendo este singular alojamiento en 2.007.

La decoración del hotel está llena de antigüedades y objetos preciosos, pero en una de la salas había colgado el poster de una película, Flying Tigers, me sorprendió y pregunte el motivo por el que se encontraba allí tan curioso cuadro. Me explicaron que aquella película, dirigida en 1.942 por David Miller y protagonizada por John Waynd y Anna Lee, mostraba la historia de los Tigres Voladores, un grupo de combate aéreo norteamericano, y que como soldados mercenarios apoyaron en 1.937 a las tropas chinas de Chiang Kai-Shek en su guerra contra Japón.

Sus aviones iban decorados con un tigre alado y su morro asemejaba las fauces de un tiburón, pronto se convirtieron en un azote para los pilotos nipones. Muchos de los combates aéreos  de este grupo se desarrollaron precisamente en esta región de Yunnan.

De regreso a España, conseguí la película y el pasado mes de diciembre, viajando por Kohima, la capital de Nagaland en India, encontré una pequeña librería donde curioseando entre sus destartaladas estanterías encontré un pequeño tebeo, Flying Tiger donde se contaban las peripecias de aquellos pilotos. Por supuesto lo compre.

En los viajes, unas cosas llevan a otras y parece que llego el final  de esta  historia, pero nunca se sabe…

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