Maerkang: A veces viajar no es tan sencillo

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Viajando por China a menudo es fácil no saber dónde se encuentra uno. Los mapas tampoco ayudan demasiado, ya que la misma ciudad puede tener diferentes nombres complicándolo todo. Si además el viaje se desarrolla por zonas remotas del gigante asiático, donde solo se hablará chino o dialectos locales, es bastante sencillo volverse loco. Eso al menos nos pasó a nosotros viajando por el noroeste de Sichuan. Nos encontrábamos viajando por las montañas Daxue y teníamos que dormir en la ciudad de Maerkang, también llamada Kanding, o Dardo en tibetano o incluso Dartsedo, que es como la denominan otros. En fin, un tremendo lío.

Bueno, sea como sea llegamos a esta ciudad que está dividida en dos, ya que la atraviesa el caudaloso río Zhepno. Nuestro interés en llegar hasta allí era por conocer la que durante años había sido una importante ciudad en la denominada «ruta del té y de los caballos». Dicha ruta unía el Tibet y la provincia de Sichuan, donde se producía su famoso y apreciado te. Desde Maerkang a lomos de caballo se tardaba 3 meses en llegar a Lhasa, la capital tibetana.

Hoy en día Maerkang, en lo arquitectónico, es una ciudad moderna con tremendos edificios, pero también conserva un curioso mercado callejero que se celebra todas las tardes y donde es posible ver a numerosas mujeres vestidas con sus vestimentas tradicionales.

Como no es muy frecuente ver extranjeros por estas latitudes, muchas personas nos pedían hacerse fotos con nosotros. Parecíamos grandes estrellas de cine o afamados futbolistas. Incluso en el pequeño restaurante donde cenamos esa noche también nos convertimos en la gran atracción.

Así que se llame como se llame la ciudad, lo que nosotros no olvidaremos nunca será la simpática sonrisa y hospitalidad que nos brindaron sus habitantes.

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