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Viajar en tren es como estar viendo una película, el ritmo es lento y no separo los ojos de la ventanilla, quiero empaparme de todo, y en India eso no es fácil, pasan demasiadas cosas en tan solo un instante. Niños correteando, mujeres lavando ropa, mendigos de sueño profundo tumbados en el suelo, hombres en bicicleta, perros…….todo un mundo en movimiento a escasos metros de mi. Es un continuo bombardeo de imágenes y a veces uno no es capaz de asimilarlas en tiempo real. Sucede todo muy rápido. Mi mente no es capaz de ir tan deprisa. De todas formas sigo observando atento esta India sencilla y rural que no sale casi nunca en los folletos turísticos ni en los  documentales.

 Una de las imágenes que recuerdo fue cuando cruzamos sin detenernos una minúscula y anónima estación, en su andén había decenas de sadhus ataviados con sus sencillas telas de color naranja. Sus miradas y rostros eran intemporales.  No era posible adivinar si iban o venían, pero a quien le importaba ese minúsculo detalle. Quizás, tan solo esperaban. En India lo mejor es no buscar la lógica y que todo fluya.

El traqueteo del tren hace que me quede dormido plácidamente.  El  viaje del tren Mahaparanirvan Express consiste en ir visitando  los lugares sagrados budistas más importantes. Bodgaya donde Buda alcanzo la Iluminación, Lumbini donde nació, Sarnath lugar donde dio su primera enseñanza y Khusinagar, donde abandono su existencia en este mundo.

De Bodgaya ya escribí hace algunos días y podéis leerlo en mi blog, hoy lo hare de Ragjir, la que fue capital del antiguo y poderoso reino de Magadhan y que está rodeada de siete colinas, una de ellas es  conocida como el Pico del Buitre y es donde Buda realizó alguno de sus retiros espirtuales. Acceder a lo alto de la montaña no entraña ninguna dificultad, al final del camino nos encontraremos con un sencillo altar al aire libre hecho de ladrillos de piedra roja y donde los peregrinos entonan plegarias, realizan sus meditaciones o  depositan sus ofrendas. Nos encontramos a tan solo 11 kilómetros de Nalanda, la que fue la universidad y centro budista más importante de la India en la antigüedad, destruido por los musulmanes hoy tan solo es un tremendo recinto arqueológico de 14 hectáreas de extensión. En su época de mayor esplendor, siglo IX, llego a albergar más de 10.000 alumnos y alrededor de 2.000 maestros de todas las disciplinas del saber, tales como medicina, matemáticas, filosofía, astronomía etc. La barbarie humana hizo que en el siglo XII los invasores musulmanes  saquearan y quemaran sus valiosas bibliotecas. Tras estos tristes acontecimientos  Nalanda nunca  volvió a recuperarse. Deambular sin prisa por estas  apacibles ruinas a media tarde es ya lo único que podemos hacer. Ay si las piedras pudieran hablar……..

Fotos: 1.-  Restos de la Universidad de Nalanda 2.- Montaña del Pico del Buitre 3.- Curioso cartel 4, 5 y 6.- Diferentes hojas de mi cuaderno de viaje.

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