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Descubrí India hace muchos años. Mi primer contacto con el país fue al llegar a Calcuta, regresaba de Bangla Desh y la que fue capital del Raj me pareció una ciudad ordenada y fascinante. Muchos visitantes no son capaces de disfrutar de la urbe, que el escritor francés Dominique Lapierre, bautizó como “Ciudad de la alegría“, dicen que no pueden con la miseria y la pobreza, yo no alcancé a ver esto, quizás porque venía de un sitio mucho peor y mi mirada ya era distinta. India me atrapó y cuando lo hace no hay forma ni ganas de soltarse.

Las cosas han cambiado mucho en los últimos años pero nunca es fácil viajar por India, hacerlo en tren es desde luego una de las mejores maneras de conocer el país y la idiosincrasia de los indios. En esta ocasión os contare mi experiencia a bordo del MAHAPARANIRVANA EXPRESS, un tren que recorre los lugares más importantes en la vida de Buda.

El viaje lo componíamos “un ganado “variopinto. Un único occidental, yo, el resto, asiáticos llegados de diferentes países y también varios indios. Algunos eran budistas practicantes, otros, tan solo simples turistas, algunos devotos peregrinos, como aquella familia tailandesa que se habían planteado el periplo como un verdadero viaje espiritual, otros en cambio, como los 3 fotógrafos taiwaneses que con sus modernas y deslumbrantes cámaras buscaban exóticas instantáneas para futuros reportajes, un abigarrado grupo de monjes coreanos acompañados por un anciano y venerado maestro. En fin, un curioso grupo de personas que por unos motivos u otros estábamos interesados en seguir y conocer algo más sobre Buda, ese maestro nacido hace más de veinticinco siglos y que hoy en día veneran y siguen sus enseñanzas más de 700 millones de personas en todo el mundo.

Partimos de la Safdarjung Railway Station de Delhi, una coqueta y pequeña estación de ferrocarril, subí a mi vagón y mientras buscaba mi compartimento me sorprendió gratamente la suave melodía que se escuchaba por el altavoz del tren.

 Bhuddam sharanam gachchami,

 dharmam sharanam gachachami,

 sangham sharanam gachchami.

 Más tarde me enteré que es uno de los mantras más utilizados por los budistas, frecuentemente lo oiré durante este viaje. Con él nos despertamos y con él nos avisan también  de la hora de cenar.  El viaje apenas ha comenzado pero me siento feliz, creo que he acertado plenamente al haber decidido realizar este periplo.

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