Dibujo con las diferencias mencionadas en el texto
La respuesta parece obvia, por el color. Pues no, los dos animales son de color gris y los dos habitan el mismo territorio. Lo que marca la diferencia, además del tamaño, es la forma de su hocico.
En el siglo XVII cuando llegaron los primeros colonos holandeses al sur del continente africano bautizaron al rinoceronte como “wijde” que significaba ancho. Años más tarde los ingleses confundieron la palabra holandesa con “white”, blanco, debido a la similitud de pronunciación entre las dos palabras. La confusión estaba servida y se ha mantenido hasta hoy.
Anécdotas aparte el rinoceronte negro, que por cierto esta en grave peligro de extinción, es más pequeño que el blanco y tiene dos cuernos, pero lo que de verdad les diferencia, es la forma del hocico. En el rinoceronte blanco es cuadrado y mucho más plano, esto se debe a que se alimenta de hierba y pace a ras de suelo, por el contario, el rinoceronte negro tiene un hocico mucho más puntiagudo lo que le permite alimentarse de pequeñas hojas de árboles y arbustos.
En cualquier caso, y sea cual sea su apellido, el rinoceronte es uno de los animales más fascinantes y atractivos que se pueden observar en África. Considerado como uno de “los cinco grandes” junto al león, elefante, leopardo y búfalo, su porte es elegante y su cuerpo “acorazado “lo convierten en algo único. En este último viaje por Kenia, como veréis por las fotos, he estado muy muy cerca de uno.
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