Hace unos cuantos años decidí, junto a un amigo, viajar a unos destinos poco habituales, Guyana Francesa, Surinam, Guyana y por ultimo Trinidad-Tobago. Era un plan ambicioso, no disponíamos de mucha información de esos países ni conocíamos a nadie que los hubiera visitado antes, pero poco a poco y sobre la marcha fuimos sorteando obstáculos. No fueron pocos los que me miraron con incredulidad al conocer mi próximo destino y la mayoría me confesaron que no sabía ni siquiera donde se encontraban esos lugares. De Guyana Francesa, territorio de ultramar francés, ya escribí hace tiempo en este mismo lugar, hoy le toca el turno a Surinam.
Antigua colonia holandesa, logró su independencia en noviembre de 1.975 siendo el único país de América cuyo idioma oficial es el neerlandés. Su capital, Paranaribo, esta situada sobre el rio Surinam a escasos 15 kilómetros de la costa atlántica. Cuando nos enteramos en Cayenne, la capital de Guyana Francesa, que estaba declarada Patrimonio Mundial por Unesco, nos convencimos que era un buen motivo para viajar hasta este pequeño país. Su centro histórico, con la Plaza de la Independencia como punto neurálgico, está plagado de bellos edificios construidos en el siglo XVII Y XVIII bajo los cánones arquitectónicos que se utilizaban en esa época en la metrópoli. Esta rara particularidad ha convertido esta ciudad en algo único en todo el continente americano. Fueron pocos días los que pasamos allí, pero recuerdo sobre todo sus buenas y picantes comidas y también el descubrimiento de una pequeña librería de segunda mano cuya dueña se jubilaba y cerraría en un par de semanas. Compré varios libros y sobre todo uno de ellos es una joya que no me canso de mirar. Es una primera edición de un Robinson Crusoe escrito en holandés pero con preciosas ilustraciones. Siempre me atrajo este legendario personaje creado por Daniel Defoe y de cuya isla situada frente a las costas chilenas ya escribí anteriormente.
Surinam no es desde luego “la joya de la corona” a nivel viajero y tampoco creo que vuelva por aquellos territorios, pero me encanto haber pasado por allí.
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