Viajes Angulares: Oporto

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Rio Duero

Hacía muchos años que había estado en Oporto y desde entonces no había regresado a la ciudad situada en las orillas del río Duero. Este pasado puente decidí darme una escapada por tierras portuguesas.

Me encanta Portugal, me parece uno de los secretos mejor guardados y la ventaja es que lo tenemos tan cerca.

A modo de pinceladas os diré algunas de las cosas que más me han gustado de Oporto y por las que he vuelto enamorado de la ciudad.

Me ha parecido una ciudad muy limpia, muy fácil de andar y de recorrer sin prisas. Me encantan las ciudades donde todavía las calles son de adoquines; Oporto las tiene. Las ciudades donde todavía circulan tranvías, ciudades que tienen río y que este se integra en la ciudad. El Duero es parte de Oporto y no se puede entender la una sin el otro y viceversa.

Me encantan los vinos dulces, y el Oporto sin duda es uno de ellos. He visitado algunas de sus afamadas bodegas, también lo que se lleva uno a la panza es importante, al menos para mí lo es; entre mis pescados favoritos está el bacalao y las sardinas, dos joyas portuguesas.

En Oporto hay también excelentes y bellísimas librerías, esas donde huelen los libros y donde uno puede pasar horas embelesado consultando sus estanterías. Algunos han dicho que la librería Lello es la más bonita del mundo, no seré yo quien lo desmienta. Tiendas pequeñas y llenas de tesoros, bares anónimos con personal amable y servicial, bellísima y cuidada arquitectura y donde si uno mira hacia arriba encontrará muchas sorpresas. También, preciosas iglesias tanto por fuera como por dentro y para alguien como yo, coleccionista de soldaditos de plomo, una gran exposición en el Museo Militar del Ejército.

Hay muchas más cosas escondidas por los mil y un rincones de Oporto, anímate a descubrirlas.

En mi caso estoy seguro que ahora no pasará tanto tiempo hasta que vuelva de nuevo.

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