Zonglu; un paraíso

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Vista panorámica de Zonglu

Tras una corta parada a la entrada de la Reserva Nacional Yala, donde pudimos disfrutar de unos preciosos bosques de colores otoñales y unas impresionantes montañas con picos repletos de nieve, nos dirigimos al pueblo de Zonglu, que está situado en la región de Danba, en la provincia china de Sichuan.

Para llegar, tuvimos que abandonar la carretera principal, que poco a poco se había ido internando en un valle. Comenzamos entonces a ascender con nuestro vehículo por una estrecha y sinuosa carretera. Curvas y más curvas hasta llegar a este pequeño pueblo, situado a casi 2.500 metros de altura y del que nos habían anunciado, que quizás era el más bello de la región. Más allá de su maravilloso y peculiar enclave, casi colgado de la montaña, y de sus majestuosas casas de estilo tibetano, contaba además con unas curiosas y altas torres de piedra.

Zonglu es casi un paraíso. Está rodeado de montañas de más de 5.000 metros de altura y cuenta con un excelente microclima que hace que sus huertos estén llenos de árboles frutales, como manzanos, perales, melocotoneros etc. Caminamos entre sus bien construidas casas de piedra, incluso sus hospitalarios habitantes nos mostraron alguna de ellas, hasta llegar hasta a sus misteriosas y numerosas torres. Su origen, con más de 1.000 años de antigüedad, no está claro. Algunos afirman que fueron construidas como atalayas de vigilancia ya que su altura, entre 30 y 60 metros, permitía observar cualquier movimiento en la lejanía. Otros en cambio les dan una función mucho más enigmática, ya que eran destinadas para exorcizar demonios.

Sea lo que fuera, hoy en día se han convertido en un excelente pretexto para visitar esta región. De hecho, coincidimos con un numeroso grupo de fotógrafos chinos que habían ido de excursión para plasmar con sus cámaras un precioso atardecer.

Abandonamos Zonglu siendo testigos de algo que también nos habían anunciado, la belleza de sus mujeres, consideradas como las más bellas de la región y que son conocidas con el cariñoso apelativo de «flor de oro». Lo dicho, Zonglu es todo un paraíso.

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