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Imagen de las Cataratas del Niágara cedida por Angel Carro

Imagen de las Cataratas del Niágara cedida por Angel Carro

Hoy he decidido escribir algo sobre cataratas y estoy seguro que más de uno pensara que me he vuelto loco al leer mi primera afirmación, no me gustan las Cataratas de Niágara.

Bueno, voy a puntualizar. Lo que no me gusta, es en lo que se han convertido. Un paisaje tan precioso y único, es ahora una especie de parque de atracciones donde casi no se puede dar un paso sin que no haya un puesto que quiera vendernos algo. Parece que las cataratas han quedado tan solo como una parte más de este horroroso mercadillo.

Otra cosa que no me gusta es la música. ¿Era necesario poner una música tan estrepitosa para poder disfrutar de este singular paisaje?  Sinceramente creo que no, con el tremendo sonido del agua cayendo sería suficiente, no haría falta añadir más decibelios

Y por último, algo que tampoco me gusta son esas luces de colores que iluminan la gran caída de agua por la noche convirtiéndolas en un decorado kitch. ¿Porqué adornar algo cuando no lo necesita ya que tiene una gran belleza natural?, ¿porqué no poner tan solo unos simples focos que las iluminen y punto?

Confieso que necesito reconciliarme con este lugar, lo intentaré viendo una vez más, la película Niágara con la mítica Marilyn Monroe.

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