Muchos montañeros viajan hasta Kirguistán para poder ascender los 7.165 metros del Pico Lenin. En mi caso me tope con el legendario pico, que recientemente ha sido rebautizado como Pico Ibn Sina en honor del filósofo y médico medieval Avicena, tras realizar un precioso viaje por la cordillera del Pamir en Tayikistán.
Para los escaladores soviéticos era un honor ascender hasta la cumbre del Lenin, de hecho si coronaban las 5 cumbres más altas de la antigua URSS se les concedía el diploma del Leopardo de las Nieves, todo un honor reservado para muy pocos.
Abandonamos Murghab a las 8 de la mañana de un frio día otoñal, el termómetro marcaba – 3º C, nada que ver con la temperatura media invernal que se aproxima a los – 30º C. Comenzamos nuestro ascenso por una destartalada pero preciosa “carretera” rodeada de montañas hasta llegar al paso Akbaital que con sus 4.655 metros fue el más alto de nuestra ruta, a partir de este lugar comenzó el descenso. Nos detuvimos en varias ocasiones para hacer fotos, y finalmente llegamos a la frontera que separa Tayikistan de Kirguistán. Desde allí nos dirigimos a Osh, que marcaba el fin de nuestro periplo.
De camino y ahora sí, con un día soleado y maravilloso, nos encontramos frente a nosotros con una cadena montañosa nevada donde sobresalía el Pico Lenin.
Si Kirguistán significa la tierra de los kirguises también se la podría bautizar como una tierra de bellas montañas.
Deja un comentario