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La bandera de Namibia

Hace unos meses viaje por Namibia y me encantó. Entonces os fui contando día tras día algunas de las particularidades de este extenso y maravilloso país africano como son las dunas del desierto del Namib, de antiguos petroglifos tallados en la roca por los antiguos pobladores, de la fauna salvaje del Parque Nacional Etosha, de poblados himba, de la gran colonia de leones marinos de Cape Cross, de la inhóspita y bellísima Costa de los Esqueletos, de las maravillosas noches estrelladas……..pero no os conté todo, siempre es bueno dejarse alguna cosa en el tintero.

En esta ocasión os contaré dos historias que me sorprendieron.

La primera es la welbicha amirabilis, una planta endémica de Namibia y símbolo nacional del país. Fue descubierta en 1.860 por el profesor Fredrich Welwitsch, de ahí su nombre y es una planta que se estima  puede llegar a vivir hasta 2.000 años, ahí es nada. Es fácil verla en zonas desérticas y aunque no es muy bonita, al menos a mi no me lo pareció, hay que  tener cuidado por donde pisamos, tendría maldita gracia acabar con una vida tan longeva por un simple zapatazo.

La segunda es la historia del exquisito “spaansespek” que en lengua afrikaans significa “melón español” y que es una de las frutas más apreciadas por la población local namibia.

Cuentan que Lady Juana Maria Smith, española y esposa de Sir Henry Smith, primer Gobernador de la provincia de El Cabo era una persona muy agradable y apreciada. Ella siempre dijo orgullosa: “El tiempo que pasé en Sudáfrica fueron los años más felices de mi vida” y mucho de verdad tuvo que tener esta afirmación ya que algunas localidades fueron bautizadas en su honor. Ladysmith Western Cape province, Ladysmith Kwazulu Natal o Juanasberg en las Montañas de Amatola.

Habiendo servido su esposo en la Corona Británica y siendo destinado a la India, fue condecorado y nombrado Caballero gracias a la valentía que demostró  en algunas batalla. De regreso a África se cuenta una curiosa anécdota. Parece que el desayuno favorito del militar eran huevos con bacón, en cambio, Lady Juana María prefería los frescos melones. Tal era su pasión por la jugosa fruta, que poco a poco los sirvientes de Lady Juana los fueron llamando melón español, nombre que todavía se conserva.

Ya sabes, si viajas por Namibia y ves en algún mercado unos melones pequeños pero muy dulces, son los “spaansespek”, melón español, no son como los de Villaconejos pero tampoco nos vamos a poner tan exigentes a estas alturas.

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