Para realizar el Camino del Inca en Perú hay que reservar con meses de antelación, de lo contrario es fácil que no queden plazas disponibles. Bután, el reino feliz del Himalaya optó hace años por restringir el número de visitantes anuales a su país, recorrer las Islas Galápagos en Ecuador solo es posible hacerlo en barcos con autorización para navegar por aquel remoto archipiélago… Y así con decenas de lugares desperdigados por todo el planeta que se han visto obligados a controlar el número de visitantes.
Recientemente leí Turismo, un interesante artículo de Julio Llamazares en el que, tras su viaje a Lisboa, escribió: “Fuera de los monumentos y de los barrios modernos y algunos pocos rincones todo se ha homologado en las ciudades, desaparecido el comercio y la hostelería tradicional, sustituido por las franquicias y las tiendas de moda….”. “El exceso de turistas empieza a afectar también a esas poblaciones, que ven como sus ciudades se vuelven cada vez más caras y prácticamente invivible” “Uno de los grandes cambios de las últimas décadas del siglo XX y primeras del XXI es la masificación del viaje, hasta entonces privativo de las clases altas o románticos vagabundos que se buscaban en los paisajes de otros lugares del mundo. No creo que nadie este en contar de la democratización del viaje, como nadie puede estarlo del conocimiento, pero, si no se regula de alguna manera, el turismo va a ser (lo está siendo ya en muchos sitios) la ultima plaga de la humanidad”
Por cierto El Hayedo de Montejo, en la Comunidad de Madrid, ha sido declarado Patrimonio Natural de la Humanidad. En este precioso bosque y ya desde 1.989 se restringieron las visitas estableciendo recorridos guiados, quizás entre otros, ese sea el motivo de haberlo conservado y poderlo seguir disfrutando.
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