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La morena es mi sobrina Camila, guía turística de Gante

La morena es mi sobrina Camila, guía turística de Gante

Resulta que mi sobrina Camila Santamaría abandonó su plácida y acomodada vida en Chile, su país natal, y decidió poner tierra de por medio y pegarse un largo viaje por India y Sudeste Asiático. Ahora, cosas del amor,  lleva un tiempo viviendo en Gante, una de las ciudades más preciosas y animadas de Bélgica. Entre otras cosas trabaja de guía turística de la ciudad haciendo recorridos a pie por el centro de la urbe. Hace poco estuvo en Madrid y con sus palabras y entusiasmo consiguió despertar en mí unas tremendas ganas de volver a Gante.

Estuve por allí hace muchos años, eran tiempos de autostop, de poco dinero y de mucho tiempo libre, de dormir en parques y estaciones de tren y de comer ligero, era un no parar, se trataba de extender el viaje el mayor tiempo posible, viajar sin rumbo fijo cambiando de planes en un chasquido de dedos. Viajar era sinónimo de libertad. Recuerdo Gante con mucho cariño.

Gante en su centro histórico conserva la mayor zona peatonal de Europa y sigue siendo una muy agradable ciudad que se puede recorrer plácidamente navegando en barco por los canales que la atraviesan.

Hoy solo os daré dos recomendaciones que por lo que me indican siguen de plena actualidad.

La calle Werregarenstraat, más conocida como callejón de los grafittis, es un curioso y tortuoso callejón no muy fácil de encontrar, salvo que se vaya en su búsqueda, y que está decorado, a instancias municipales, por decenas de coloridos grafittis, mal menor, según opinan algunos, para una ciudad que quiere conservar su arquitectura medieval.

El segundo, es una especie de paraíso para los amantes de la mostaza, yo lo soy y mucho. Se trata de la tienda-almacén-fábrica de Tierenteyn-Verlent que funciona de forma ininterrumpida desde 1.790. Nada más cruzar la puerta el aroma intenso de la mostaza lo inunda todo. Los muebles, estanterías, balanzas, cajas registradoras y lámparas son originales y parece que el tiempo se ha detenido. Solo se fabrica un tipo de mostaza de fórmula secreta y que está hecha a base de algunas de las 27 variedades de semillas de mostaza que existen. Solo hay que escoger el recipiente deseado y en un instante nos lo llenan con una gran cuchara de madera que extrae el dorado condimento desde un añejo barril también de madera.

A veces cuesta tan poco ser feliz.

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