El pasado miércoles presentamos en el espacio cultural y sala de exposiciones de la oficina de Viajes Azul Marino de Madrid este precioso libro del montañero madrileño Ramón Portilla.
Fue el mismo autor el que, a través de un audiovisual, nos fue contando mil y una anécdotas de su ya larga vida en la montaña, de sus momentos felices y también de los tristes, que de todo ha tenido en sus innumerables travesías. A través de sus imágenes recorrimos algunas de las cimas más emblemáticas y difíciles de escalar. La montaña da pero también quita, nos dijo.
Su libro comienza: “Me gustan los libros. Me encanta su olor, tanto el aroma de los viejos como el de los nuevos, con su mezcla de tinta fresca y papel a estrenar”. Ramón posee una maravillosa, envidiable y bien surtida biblioteca de libros de montañismo y de ellos nos habló, también lo hizo de escaladores y escaladas míticas, de locuras de juventud, de su pasión por dormir al aire libre bajo las montañas que escala, de su viaje de novios por la India y del viaje en moto por el Tíbet junto a su hijo.
Ramón es sincero, eso me gusta de él, tampoco tiene pelos en la lengua y se moja, eso también me gusta, y desde luego al escucharle uno ama más las montañas y entiende un poco más el mundo de los alpinistas.
También nos hablo sobre su próximo viaje a Kirguistán y de una asignatura pendiente que tiene desde hace años. Kamchatka se le resiste, “Es un viaje muy caro, juego todas las semanas tres euros a la primitiva, si me toca me largo, es uno de mis sueños“. Ojala te toque pronto, te lo mereces.
Por cierto, si me toca a mi, nos vamos juntos y a gastos pagados que conste.
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