Dicen que en la vida todos tenemos nuestro minuto de gloria. Ese minuto en el que estas en el lugar adecuado y en el momento perfecto. Hay gente privilegiada a la que este instante le dura algo más de un minuto. Pueden ser días, incluso años. Y luego hay muchas otras personas que necesitan ser el centro del universo en todo momento. Para todos los demás, nos alegrará saber que hay un lugar en este planeta en el que puedes sentirte en mitad del mundo, sea tu momento o no.
Allá por el siglo XVIII una serie de científicos internacionales llevaron a cabo una expedición científica con el propósito fundamental de comprobar cuál era la forma de la tierra. Este grupo de expertos, mayoritariamente franceses, se trasladaron a un punto muy concreto de América del Sur. Fue una de las primeras expediciones científicas modernas de ámbito internacional, y, entre otras cosas, quisieron medir un grado de longitud en el ecuador terrestre. Cuando la investigación acabó este país americano fue llamado Ecuador, y la ciudad en la que tuvieron lugar dichas investigaciones Ciudad Mitad del Mundo. Su latitud: 0 -0′-0′‘.
Aunque estas investigaciones tuvieron lugar hace ya cientos de años, fue en 1936 cuando el geógrafo ecuatoriano Luis Tofiño las expuso. Con el apoyo de un Comité Franco-Americano se construyó un monumento que daba buena cuenta del hallazgo. Se trata de una estructura piramidal, con cada lado apuntando a una dirección cardinal, rematado por un globo de 4.5 m de diámetro y 5 toneladas. Todo ello a tan solo trece kilómetros del centro de Quito, la capital del país.En su interior podemos encontrar un museo que muestra diferentes elementos de la cultura indígena de Ecuador.
En torno a él se han construido y creado diferentes atracciones que satisfacen las curiosidades geográficas de cualquier viajero. Un planetario, diferentes representaciones culturales y musicales, explicaciones astronómicas y etnográficas del país, un pequeño bosque de figuras… Todo el complejo bien podría ser una especie de centro turístico que merece la pena visitar. Incluso ofrecen la oportunidad de equilibrar un huevo sobre un clavo, ¡con diploma acreditativo incluido!
Atravesando todo este complejo, encontramos en el suelo el lugar exacto por el que transcurre la línea ecuatorial. Si bien es una representación, resulta curioso verla dibujada en el suelo según caminas por toda la ciudad. Del sur al norte del planeta en tan solo un paso, así de fácil y posible. La multitud de viajeros que se acercan a ver este fenómeno geográfico juegan a saltar de un lado a otro. Ahora en el sur del planeta, y ahora en el norte.
La línea ecuatorial
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