Rate this post
Taller donde se realizan los panes de oro

Taller donde se realizan los panes de oro

No es oro todo lo que reluce, o quizás sí. Marco Polo describió a Japón, Zipango, como la tierra del oro y aunque no es totalmente cierta esa afirmación, en algo si tuvo razón el gran viajero, Japón es actualmente el mayor productor del mundo de pan de oro, esas finísimas láminas que se usan, sobre todo en países de religión budista, para que los fieles las regalen como ofrenda y sirvan para adornar las estatuas en los templos. Yo las he comprado y ofrecido en muchos lugares: India, Tailandia, Corea, etc, pero nunca me había interesado por saber cómo se conseguían estas finísimas láminas.

En mi último viaje a Japón tuve la oportunidad de visitar en la ciudad de Kanazawa en la prefectura de Ishikawa, un taller artesanal donde se siguen produciendo de la misma manera desde hace muchas generaciones los brillantes y delicados panes de oro.

Me impacto mucho ver el lento proceso y el cuidado con que se trabaja de forma minuciosa para obtener unas finísimas laminas de no más de una o dos diezmilésimas partes de milímetro. Lo más importante en este proceso es el uso de un papel especial satinado y suave, “ganpi-shi” donde se van depositando las laminas de pan de oro que son golpeadas una y mil veces con fuerza hasta reducirlas a un mínimo grosor. A pesar de ser un trabajo muy repetitivo y monótono me maraville al ver el cariño y dedicación con el que trabajaban los artesanos.

Estuve bastante tiempo en el lugar observando todas y cada una de las partes del proceso, cuando abandone el taller pensé que hoy en día que vivimos en un mundo tan mecanizado y donde la inmediatez y las prisas se apoderan de nuestras vidas todavía hay actividades y trabajos que se rigen por otras normas. Quizás en este pequeño taller hayan descubierto realmente lo que significa nuestro refrán “el tiempo es oro”.

Deja un comentario