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James Hilton, el novelista británico, escribió en 1933, Horizontes Perdidos. El libro cuenta la historia de un lugar aislado en las inexpugnables montañas del Himalaya donde la felicidad era permanente, un lugar similar a Shambala, ese reino ficticio de paz creado por los budistas. Más tarde Frank Capra dirigió una preciosa película rodada en blanco y negro basada en la famosa novela. Desde entonces se asocia el término “sangri la” como un lugar de naturaleza majestuosa donde uno puede ser feliz.

Hoy os hablaré de uno de mis “sangri-la” en Chile. Está situado al sureste de Santiago, a escasos kilómetros de la capital chilena y al que apenas se tarda una hora en llegar en coche, se llama Cajón del Maipo.

En mi último viaje he pasado horas muy agradables caminando por esas majestuosas montañas, he cruzado caudalosos ríos, me he internado en densos bosques de árboles centenarios, me he bañado en preciosas y escondidas pozas de agua helada. Esas frías aguas que al primer contacto parecen un cuchillo pero que superada la primera impresión luego poco a poco te reconfortan hasta el alma. He visto sobrevolar cóndores sobre mi cabeza, he subido por piedras majestuosas y caminado por estrechos senderos,  he respirado hondo, muy hondo y mirando al horizonte he sido feliz.

Confieso que soy un privilegiado por conocer ese lugar desde hace años y por tener buenos amigos, entonces y ahora, que me lo mostraron. Sé que volveré, tengo todavía muchos caminos pendientes y muchos lugares por descubrir.

Por cierto, hay un diabólico proyecto para la construcción de una central hidroeléctrica por parte de la empresa AES GENER que cuenta con el apoyo de bancos y grandes empresas, os puedo asegurar que si no fuera tan grave, sus mentiras me harían sonreír. Ojalá la cordura llegue pronto, se cancele el proyecto y finalmente este santuario de naturaleza siga siéndolo como hasta ahora.

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