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mezquita-iran-4860Hace algunos años alguien decidió incluir a Irán entre los países denominados como “eje del mal”, estoy seguro que ninguno de los múltiples viajeros que hayan transitado por allí están de acuerdo con este “galardón”.

Ya desde los años 60, época en que los hippies atravesaban Oriente Medio camino de India o Nepal la opinión era unánime, no había ningún país  que demostrara tanta hospitalidad sincera con los viajeros que la antigua Persia. Poco a poco la política fue haciéndose dueña de esta turbulenta zona del mundo, el Sha tuvo que abandonar el país de forma precipitada, llegaron los ayatollahs y sus restricciones religiosas, la obtención de visados se complicó y a pesar que los iraníes, el pueblo, siguió siendo  amistoso, amable y hospitalario no fueron buenos tiempos para el turismo.

Mi primer viaje por tierras persas fue en los años 90, luego he regresado en un par de ocasiones y siempre me vuelvo de allí con un sentimiento de profunda satisfacción. Hay tantos atractivos en Irán, que sin su reciente y convulsa historia, este país sería un de los que más visitantes recibiría.

Viajeros amantes de la cultura, de la arqueología, de la Historia Antigua,  del bullicio de los bazares, de las imponentes y bellas mezquitas, de las huellas de los antiguos comerciantes de  la Ruta de la Seda, de la poesía y de la música oriental, de degustar sabrosas comidas y sobre todo aquellos que deseen sentirse tratados como unos  huéspedes a los que hay que agasajar según las antiguas tradiciones, encontraran en Irán su destino anhelado.

*En esta ocasión las fotos de este post corren a cargo de José Miguel Redondo, autor del gran blog elrincondesele. Para más información sobre Irán o cualquier otro lugar, podeis echar un vistazo a su blog. Un placer, compañero 😉

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