Viajar para contarlo

Marco Polo, el gran viajero y comerciante veneciano del siglo XIII, viajó durante muchos años por las entonces recónditas y desconocidas geografías de Asia. La fama le llegó cuando regresó y contó todo lo que vio. Sus vivencias, reales o imaginadas, se las contó en prisión a Rusticello de Pisa y este escribió uno de los libros de viaje más leídos desde hace muchas generaciones, incluso se dice que Colón tenia este libro como un precioso objeto y lo consultaba de forma apasionada.

En cualquier viaje hay tres fases muy diferentes. La primera es la preparación. Ahí primarán las lecturas, la planificación y donde a menudo habrá que hacer cambios sobre los planes previstos. Es época de ensoñación, entusiasmo y también de nervios. Luego vendrá el viaje en sí, donde veremos de primera mano si las expectativas que teníamos se cumplen. Y por último, pero no menos importante, la fase de contar nuestras experiencias vividas.

Cierto es que hoy en día, y a través de las redes sociales, se puede ir narrando el viaje casi en tiempo real, de esta forma nuestros seguidores, amigos, familiares, etc. podrán seguir en directo nuestras andanzas por lejanos países. Pero también los viajes hay que reposarlos, valorar y meditar sobre lo que uno ha tenido la oportunidad de vivir.

Mañana en Valencia, junto a mis buenos amigos Fernando, Xavier Moret y Paco Nadal os hablaremos de nuestro último viaje por China y también de nuevos proyectos. Espero veros.