Video y fotografía, algunos consejos.

En Kirguistan (2)

Parece que desde hace muchos siglos documentar los viajes se convirtió en una práctica muy habitual. Lo hicieron los antiguos navegantes griegos, los viajeros árabes, los cronistas españoles en América, las expediciones científicas de los siglos XVII Y XVIII y todo aquel que abandonaba su tierra en busca de aventuras. De los viejos documentos escritos a mano, se paso a elaborados y preciosos dibujos y grabados y finalmente cuando el turismo se convirtió en una gran industria, y a la par sucedió lo mismo con la fotografía, lo habitual era volver con decenas, centenares e incluso miles de fotos o diapositivas de nuestras vacaciones. De esta forma en el calor del hogar se tenía la oportunidad de “torturar” a familiares y amigos mostrándoles en imágenes nuestras apasionantes andanzas viajeras.

Los tiempos pasan y también cambian los soportes, pero seguimos haciendo fotografías. Ya apenas se usa el papel, ahora son imágenes digitales y las cámaras de fotos también han evolucionado. Otros en cambio prefieren grabar videos, pero como “el saber no ocupa lugar” me permito recomendaros dos pequeños y prácticos manuales que acaba de editar Lonely Planet. Los Mejores Consejos de Fotografía de Richard Anson y Los Mejores Consejos de Video de varios autores.

¿Cómo pasar de forma rápida y eficaz las imágenes de la cámara al ordenador?, ¿cómo proteger mejor nuestra cámara frente a las inclemencias meteorológicas?, ¿cómo hacer buenas fotos de fauna salvaje con teleobjetivo?, ¿cómo anticiparse al momento exacto para sacar una buena foto?, ¿cómo hacer fotos en interiores con poca luz?, ¿cómo sacar apetitosas fotos de comidas? etc.

Estas y otras muchas preguntas van desfilando por las páginas de estos dos amenos libros quedando resueltas con sencillos consejos. A veces con tan solo un poco de atención y algo de paciencia conseguiremos mejorar considerablemente la calidad de nuestros reportajes.

Y  ahora una pequeña recomendación personal. En algún viaje he coincidido con personas, que sin ser profesionales, fotografiaban y filmaban a dos manos, y quizás pendientes de tanto aparato no tenían tiempo de ver, sin darse cuenta que la mejor imagen, siempre será la que nos traemos en la memoria.