Asesinos de gigantes

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Papa Noel nos trajo el 26 de diciembre una pésima noticia: Japón retoma de nuevo la caza de ballenas en el 2019; de nuevo los motivos argüidos son “motivos científicos”, el agujero negro de la legislación internacional por el que los países “balleneros” encuentran una salida para su sanguinario comercio.

Japón, Noruega, Islandia, Islas Feroe, Rusia y algunas comunidades de zonas árticas y una pequeña comunidad de San Vicente y Granadinas, en el Caribe, son los principales cazadores de estos mamíferos marinos; aunque los tres primero encabezan el grupo por número de capturas y de argumentos baladís.

Un macho adulto de ballena yubarta pesa  alrededor de 30.000kg, puede pensarse que tanta cantidad de carne servirá para alimentar a muchas personas, pero esto, simplemente es mentira. En la posguerra de la II Guerra Mundial, Japón sobrevivió durante más de 10 años alimentándose de la carne de ballena. En la actualidad su consumo apenas llega al 0,1% de la carne consumida en el país nipón. Algo similar ocurre en Islandia, donde el consumo ha descendido al  1,7%.

¿Si  la razón de la caza no es por la alimentación entonces cual es? Los islandeses, noruegos y japoneses también argumentan que es por una razón cultural, pero esta es tan peregrina como la alimentaria. ¿Qué tiene que ver la cultura con los grandes buques factoría y con los arpones lanzados desde cañones?

El argumento de la cultura para defender a los toros se basa, no solo en la antigüedad de las corridas de toro sino, principalmente, en la celebración de las corridas de una forma tradicional, con un torero a pie luchando contra un toro con un trapo y una espada; si el torero saliera al ruedo con una ametralladora podríamos decir que es un acto cultural? Pues que los noruegos e islandeses salgan a cazar ballenas en el drakar de sus antepasados vikingos y arrojen los arpones a mano si quieren defender sus tradiciones.

En realidad, la muerte de los gigantes marinos se hace para aprovechar muy poquitas cosas:

  • Esperma: Para la industria perfumera.
  • Aceite: Usos industriales y alimentarios.
  • Ámbar gris: El más valioso, las ballenas lo expulsan como heces o vómitos y no sería necesario matarlas.  Su precio puede superar los 10.000€ el kilo.
  • Glándulas endocrinas e hígado: Industria farmacéutica.

Se aprovecha menos de un 5% de su peso total, ¿realmente la industria cosmética y la farmacéutica necesitan estas masacres?

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