Isla Majuli

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Tocamos tierra en la isla Majuli con una luz mortecina que en seguida se convirtió en oscuridad total. Sería al día siguiente cuando disfrutaríamos de los verdes paisajes y sobre todo de las gentes de esta isla considerada como la isla fluvial más grande del mundo. Al menos lo fue. Hoy en día su territorio se va viendo mermado con gran rapidez debido a la devastadora erosión de sus orillas absorbidas por las aguas del río Brahmaputra, por los terribles monzones y también por la nula concienciación y recursos destinados por parte del gobierno indio para evitar este fatal futuro que augura la total desaparición de la isla en apenas unas décadas.

Visitar la isla Majuli es verse inmerso en un lugar tranquilo, relajado y donde el tiempo parece adormecido. Apenas hay coches y es ideal para pasear. No hay mucho que hacer y quizás ese sea uno de los grandes atractivos de Majuli en un mundo donde las prisas se imponen en nuestro acontecer diario. El disfrute por estas geografías es pasear junto al río al amanecer observando la parsimonia de los pescadores. Jugar con los niños y enseñarles el corro de la patata. Detenerse en la carretera para ver como las mujeres plantan arroz. Visitar algún monasterio dedicado a Visnu y asistir a los rezos rituales de sus monjes. Visitar un taller de máscaras tradicionales, hacer fotos a la gente y con la gente. Ver el atardecer paseando tranquilamente por algún poblado. Y, para acabar el día saboreando un excelente y añejo ron indio, Old Monk, producido en el estado de Assam, al lado de una fogata.

Por cierto, para conocer un poco más Majuli y ver cómo pequeños detalles y la perseverancia de una persona pueden cambiar el mundo os recomiendo ver el vídeo «Forest Man», está en YouTube. Disfrutadlo.

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