Los ríos salvajes

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Nunca he salido de pesca y confieso que tampoco tenía la mas mínima intención de hacerlo. Bueno, al menos hasta ahora.

Conocí a Ramón J. Soria Breña hace poco en una pequeña taberna del viejo Madrid. Buenas viandas y buenos vinos hacen que las amistades se aceleren y eso me sucedió a mí con Ramón. Ramón es un tipo sencillo, de palabras justas, con cara de pilluelo, sonrisa sincera y ojos que denotan que sabe mirar y donde mirar. Es amante de los libros y de las buenas historias y sobre todas las cosas, es pescador y defensor de los ríos.

Recientemente la editorial Varasek, Poesía, Viajes y Rock and Roll, no están nada mal sus intenciones, acaban de publicarle el libro «Los ríos salvajes». Confieso que comencé a leerlo sin demasiado entusiasmo, pero le había prometido al editor que lo haría y soy un hombre de palabra. El libro parece que iba de pesca y desde luego no es uno de mis temas favoritos, pero en seguida me enganchó. No podía abandonar su lectura, salvo para pensar y repensar algunos de sus párrafos.

Portada del libro

Portada del libro

La pesca es una parte importante del libro, pero no es solo eso, que ya sería suficiente motivo para engancharse por lo bien escrito que está. Sino que además el autor nos regala a pecho descubierto hondas y profundas reflexiones de la vida. Por las páginas del libro también van desfilando algunos personajes singulares y también otros libros, películas y música. Línea tras línea vamos descubriendo un apasionado y ferviente alegato en defensa de la naturaleza y de los ríos salvajes.

Palabra tras palabra y recodo tras recodo de los ríos que iban apareciendo en el libro, he ido deseando acompañar a Ramón en una de sus salidas de pesca sin muerte. Estoy seguro que él, que también es un tipo de palabra, hará que mis deseos se cumplan.

Hacerme caso, regalaros este libro y leerlo de forma sosegada. Seguro que lo disfrutaréis, cómo no hacerlo cuando hay pensamientos como este:

«Pesco porque metido en el agua me siento feliz sin necesitar más objetos, ni lujos, ni deseos, solo tiempo por delante que ningún reloj tasa, un tiempo solo mío y una libertad que se acerca a la soñada.

Pesco porque en los lugares donde viven los peces corre la brisa, fría o templada, huele a bosque y el sol centellea como si acabase de nacer la vida».

Gonzalo Cordero, editor, Ramón J.Soria, Fernando González Sitges y José Luis Angulo ( de izqda a dcha)

Gonzalo Cordero, editor, Ramón J.Soria, Fernando González Sitges y José Luis Angulo ( de izqda a dcha)

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