Recientemente leí, que del 30 de abril al 4 de mayo de 2.018 se celebrara en las paradisíacas Islas Cook la “Little Paradise Marathon”.

Hace años hice un largo y entretenido viaje por el Pacifico Sur. En aquel periplo deambule por Samoa, Tonga, Fidji, Nueva Zelanda y acabe en las Islas Cook. Recuerdo mi estancia en aquel pequeño archipiélago, cuyo nombre es un homenaje al marino ingles James Cook, como un lugar de gran relajo y donde lo mejor era olvidarse del reloj.

Aterrice en su capital, Avarua, en la volcánica isla de Raratonga, desde Auckland y enseguida percibí que allí el ritmo era muy lento. En estas pequeñas islas desperdigadas sobre un mar de azuladas y transparentes aguas muchos turistas y viajeros han encontrado el anhelado paraíso perdido.

A Cook se va para no hacer nada, o mejor, se va para hacer lo que habitualmente no tenemos tiempo de hacer, para mí esa es su gran riqueza. Un lugar donde no tener prisa y donde podremos olvidarnos de la inmediatez que nos atenaza en estos tiempos. Los domingos, por ejemplo, todo está cerrado, incluso los buses locales no funcionan. Ese día es para disfrutar de la familia, comer todos juntos y charlar. Es el momento de saborear la exquisita cerveza local, Lion Red, curiosamente toda la lata es roja salvo el león.

Desde Raratonga volé en una pequeña avioneta a Akuteki, pero eso os lo contare otro día.

Por cierto me encantaría regresar a las Islas Cook, pero confieso que si lo hiciera, entre mis prioridades no estaría ponerme a correr. Aunque ya se sabe hay gustos para todos.

¡Conócenos!