Sinuosa carretera en las montañas Fann
Antes de meternos a saco con la carretera del Pamir, motivo principal de nuestro viaje por Tayikistan, decidimos ir calentando motores con las montañas Fann y hacia allí nos dirigimos. Situadas en la esquina noroeste del país a pocos kilómetros, aunque en otro país, de la sobrevalorada Samarcanda, es un territorio lleno de leyendas. Desde Dushambe hay que armarse de paciencia para recorrer una carretera repleta de curvas, de subidas y bajadas y atravesar oscuros túneles como el de Anzob, de más de 5 kilómetros de largo. Hay que llevar siempre la cámara de fotos a mano ya que hay infinidad de bellos y salvajes paisajes. Nadie dijo que llegar a estos recónditos lugares de Asia Central sea fácil, ni que los alojamientos sean de lujo, pero cuando uno se encuentra rodeado de estas preciosas montañas, muchas de ellas con picos de más 5.000 metros de altura, todo parece ser relativo.
Nuestro viaje no era de trekking, quizás en otra ocasión, pero aun así dimos algunas preciosas caminatas a lo largo del rio Fon Dariye.
Las vistas del lago Iskander Kul que disfrutamos a primera hora de la mañana el día que partíamos de regreso hacia Dushanbe han sido uno de los paisajes más espectaculares que he visto en mi vida. El nombre de Iskander es el que por esta región dieron al conquistador Alejandro Magno, kul en tayiko, significa lago. El joven conquistador pasó por aquí y dio muerte a su enemigo Epistámenes en este territorio antes de continuar su largo y apasionante periplo hacia el Hindu Kush.
Por cierto el hijo de nuestro guía y buen amigo Timur, también se llama Iskander. Muchos niños en Asia Central llevan orgullosos ese nombre como homenaje al glorioso emperador macedonio.
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