Sorpresas en India

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Sorpresas en India

Monos traviesos

Cuando se viaja por India hay que ir con los ojos abiertos y preparado para encontrarse con alguna sorpresa. Estas pueden aparecer en cualquier momento.

En mi último viaje por Nagaland y Assam y camino del Parque Nacional Kaziranga nos detuvimos en Nagaon para ver un pequeño templo hinduísta. La curiosidad del templo es que en el exterior hay centenares de monos que campan a sus anchas y corretean juguetones, pero no hay que perderlos de vista ni un instante porque al menor descuido se llevan lo primero que tengan a su alcance.

Cuando accedimos al templo se estaba celebrando una boda. La ceremonia estaba en su máximo apogeo y pudimos fotografiar a los jóvenes y nerviosos novios, a los invitados, a los que oficiaban la ceremonia entonando cantos y agitando pequeñas campanas. El olor a incienso lo invadía todo y decenas de velas ardían lentamente. Después bajé al santa santorum del templo, una especie de oscura cueva donde se encontraba un gran lingam de piedra, representación simbólica del dios Shiva y donde los hindúes entonaban sus plegarias y hacían sus ofrendas.

De nuevo, en el exterior, nos convertimos en el principal foco de atención del lugar. Para nosotros lo exótico era el templo y la ceremonia que se estaba celebrando en ese momento y para los indios, los exóticos éramos nosotros. Todo el mundo quería hacerse fotos con nosotros. Así que nos hicimos fotos por aquí y por allá, con unos y con otros y tanto ellos como nosotros disfrutamos con el momento vivido.

Viajando se aprende que a menudo las cosas son muy relativas y que los mejores momentos son los inesperados.

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