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Lagos en el Sahara

No hace muchos años cuando llegaba el mes de octubre “se abría la veda” de los viajes por el Sahara, uno de los desiertos más impresionantes del planeta y que además lo teníamos muy cerca. En verano era imposible aventurarse por aquellas latitudes pues el calor era insoportable y solo podíamos lanzarnos a recorrer aquellas pistas legendarias en otoño e invierno.

Hoy en día la situación política y de seguridad mundial son muy diferentes a las de hace años y no parece muy recomendable lanzarse en estos momentos a recorrer lugares tan emblemáticos y maravillosos como el Tassili en Argelia, el Tibesti o el Ennedi en Chad, los Akakus en Libia, el Teneré en Niger, Mauritania etc.

¿Cual es el motivo para que el desierto nos cautive tanto y nos anime a lanzarnos a vivir aventuras en territorios tan inhóspitos? Pues quizás la respuesta la encontremos en el libro el Tao del Viajero de Paul Theroux. “Cuando un hombre ha estado allí y ha pasado el bautismo de la soledad, ya no puede refrenarse. Una vez ha caído bajo el embrujo de este territorio vasto, luminoso y silencioso, cualquier otro lugar le parece insuficiente, y en ningún otro paraje puede experimentar la increíble sensación de plenitud que da existir en medio de un absoluto”.  Sabio Paul Theroux.

He viajado por muchos desiertos, por supuesto todos los mencionados y muchos otros, y desde luego el hacerlo me permitió vivir en cada ocasión maravillosas experiencias. Encontrar, tras innumerables horas de circular en vehículo 4 x 4, antiquísimas pinturas rupestres representado elefantes, jirafas y una flora desparecida hoy en día en estos territorios,  en otros viajes disfrute de momentos de paz en el interior de antiguas mezquitas hechas de adobe y de las llamadas del almuédano a la oración, también acompañe a legendarias caravanas de camellos que transportaban sal desde las minas hasta los mercados,  llegué y descansé en bulliciosos y verdes oasis donde la vida se ve de otra manera, dormí en viejos y derruidos fuertes, también lo hice muchas veces bajo las estrellas, ¡qué maravillosa experiencia!,  bebí  te caliente y agua fresca de los pozos, comí, compartí, baile, soñé……… En fin, muchos viajes y muchísimos momentos inolvidables que ahora disfruto recordando y compartiendo con vosotros.

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