Viajar a Las Azores: qué hacer en el paraíso más cercano

Lago de Sete Cidades – Las Azores

Ubicadas frente a la costa de Lisboa, Las Azores se encuentran a un salto de la península ibérica. Pese a ello, un viaje a Las Azores supone sumergirse en un edén natural repleto de naturaleza en estado puro, un mundo de cascadas, volcanes, lagos, acantilados y playas que parece haber sido esculpido con mimo y paciencia por la madre naturaleza.

El archipiélago de Las Azores se compone de nueve islas, muy diferentes entre sí. Aunque todas ellas se caracterizan por una naturaleza exuberante, los paisajes cambian notablemente de unas a otras por lo que la primera recomendación a la hora de viajar a Las Azores es abarcar el máximo de islas posibles.

Pico en Las Azores

El viajero que busca playas encontrará en la isla de Santa María arenales cálidos y apetecibles. Además de playas, los viñedos cubren las laderas de esta isla de la parte este a modo de escaleras de un anfiteatro, creando un peculiar paisaje muy fotogénico. Junto a ella, São Miguel es la isla más grande y también la más diversa de todas. Entre sus muchos encantos destacan el verdor de sus grandes bosques y plantaciones de té o tabaco, la fuerza de sus géiseres, la calidez de sus aguas termales o el sabor de su famoso ‘cocido de Furnas’, cocinado lentamente en el interior de la tierra volcánica.  Los cráteres de Sete Cidades, Fogo, y Furnas son uno de los principales atractivos de São Miguel, con sus lagos de aguas cristalinas e  impresionantes tonos azules y verdes.

En un viaje a Las Azores tampoco puede faltar el grupo central del archipiélago, donde se disponen las islas Terceira, São Jorge, Pico, Faial y Graciosa. En el intenso mar azul que las rodea es posible avistar ballenas y delfines que hacen las delicias de los visitantes. Catalogada como Patrimonio Mundial, Terceira es la segunda isla más habitada de Las Azores. Patrimonio son también los singulares viñedos plantados en negros campos de lava de la isla Pico, la montaña que sale del mar. Faial destaca por el paisaje lunar del inactivo volcán de Capelinhos, por el colorido puerto deportivo y por el frescor de sus hortensias, que otorgan un agradable olor a la isla.

Las Azores

En Graciosa, los peculiares molinos de viento contrastan con los campos cubiertos de viñas, mientras que en São Jorge, es imprescindible probrar las fajãs y su queso, especialidad única y de sabor inconfundible en esta isla con una alargada cordillera volcánica.

La exuberante naturaleza en forma de cascadas naturales y lagunas formadas por volcanes vuelve a aparecer en la isla de Flores, ya en la zona occidental de Las Azores. Junto a ella, se ubica Convo, la ínsula más pequeña y en cuyo centro se encuentra una bella caldera que atrae a varias especies de aves venidas de Europa y América.

Una vez resuelto el capítulo ‘qué ver en Las Azores’, otra consulta frecuente de los viajeros es acerca del clima en Las Azores. En este sentido, el tiempo en las Azores es muy agradable a lo largo de todo el año, siendo la temperatura mínima anual unos 14ºC y la máxima unos 25ºC.

La combinación de naturaleza salvaje, sin un turismo de masas, y un clima templado hace de Las Azores un destino perfecto para la práctica de deportes y actividades como kayak, rutas a caballo, trekkings, etcétera. ¡No te lo pienses más! ¡Las Azores te esperan!