Viaje a Marruecos: descubre los pueblos bereberes y tuaregs

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Ouarzazate- Marruecos

Marruecos es considerado por los turistas occidentales como una de las mayores representaciones de lo tradicional y exótico, no solo por sus paisajes sino por la forma de vida de sus gentes. Uno de los mayores atractivos del país se encuentra en las etnias que todavía conservan su cultura ancestral. Bereberes y Tuaregs conviven aún en el desierto, al que le profesan un profundo respeto. Te invitamos a descubrir Marruecos en un gran viaje por sus tradiciones seculares. ¿Vienes a descubrirlo! ¡Allá vamos!

Los tuaregs, en realidad, pertenecen a la etnia de los beréberes aunque se distinguen de ellos en ciertos aspectos. Ambas tribus se consideran los primeras habitantes del norte de África y a pesar del mestizaje con otras etnias conservan su propio idioma. En el ámbito religioso ambas se convirtieron al Islam hace cientos de años y lo continúan practicando.

A pesar de la idea occidental que se tiene de ellos, los beréberes distan mucho de la representación que se hace de esta tribu en el mundo moderno. Contrariamente a la imagen romántica que retrata a este pueblo como gentes nómadas, realmente su quehacer fundamental es la práctica de la agricultura sedentaria en las montañas y valles.

Actualmente si se quiere visitar los pueblos típicamente bereberes en Marruecos es necesario viajar a la cadena montañosa llamada Atlas Medio, de 3.000 metros de altura. Sus pueblos cuelgan de las laderas de las montañas destacando con sus colores ocres, propios de adobe, sobre el verde de los campos de cultivo.

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La arquitectura de sus viviendas es excepcional, las casas parecen cuevas cortadas en las cuestas de la colina aunque en ocasiones se excavan profundamente en la tierra con una red compleja de cuartos alrededor de un hoyo central que sirve como fuente. Además en esta zona se puede transitar por valles espectaculares y ver como la vida diaria transcurre con normalidad en estos pueblos alejados de las carreteras.

 

Allí también se puede disfrutar de su gastronomía tradicional. Ésta se enmarca dentro de los ingredientes comunes a la cocina magrebí y a la cocina mediterránea en general. Una de las cocinas bereberes más reputadas es la del pueblo Zayán, en la región de Jenifra, donde abundan los cultivos de cereales.

Los tuaregs, por su parte, conservan una estructura medieval en la configuración de su sociedad. Las tribus nobles tienen sus vasallos, los imrad. Sin embargo éstos, al igual que los nobles, desprecian el trabajo de la tierra. La explicación a este hecho se encuentra en un dicho de Mahoma que dice: “con el arado entra en la casa el deshonor”. El cuidado de sus cultivos lo dejan a los harratines, los cuales reciben los medios de trabajo y aproximadamente una quinta parte de las cosechas. Los tuareg consideran que la ganadería, la caza, y el tráfico de las caravanas son las únicas actividades dignas de realizar.

Otra de sus particularidades es el velo que cubre toda la cabeza de sus miembros. A diferencia de los hombres, que se tapan completamente, las mujeres sólo se colocan una tela que cae sobre la cabeza con el fin de protegerse del viento y del sol.

En Marruecos, si lo que se busca es disfrutar de la compañía de esta etnia, lo ideal es hacer alguna de las rutas que existen en el Sahara para conocerlos en su entorno. Durante miles de años, la economía Tuareg ha girado alrededor del comercio trans-sahariano. Hay cinco rutas de comercio que se extienden por el desierto desde la costa mediterránea a las grandes ciudades del sur del Sahara. Muchos Tuareg se establecieron en las comunidades con las que ellos comerciaban y hoy día controlan en algunos lugares el comercio local, actuando además, como representantes para los amigos y familia que continúan comerciando.

 

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