Tradiciones navideñas por el mundo
La Navidad se acerca a toda velocidad. La semana pasada compartimos ideas de regalos para los amigos más viajeros; y hoy queremos hacer un recorrido por las tradiciones navideñas más peculiares del mundo. Sabemos que cada familia tiene sus propios ritos y costumbres, pero estamos seguros de que no son tan características como las que celebran en estos países. Echad un vistazo, a ver qué os parecen.
El Festival de los Farolillos Gigantes, Filipinas
Bajo el nombre Ligligan Parul Sampernandu se celebra cada año el conocido festival del los farolillos gigantes el sábado antes a la Nochebuena. La ciudad de San Fernando pasa a ser “la Capital de las Navidades” por excelencia en Filipinas y acoge a personas de todo el país, que compiten por ver quién crea el mejor farolillo. En sus inicios, medían solo sobre medio metro de diámetro, pero año tras año han ido creciendo hasta los seis metros de diámetro, decorados con bombillas y elementos de distintos materiales.
Cena de Navidad con KFC, Japón
Japón nunca ha sido un país de tradición navideña ni costumbres especiales durante estas fechas. No obstante, la cadena internacional de comida KFC ha conseguido hacerse un hueco en los nuevos ritos del país en diciembre. Desde que en el año 2016 lanzara su menú navideño en el país nipón, muchos japoneses se han hecho devotos. La reciente “tradición” consiste en compartir con la familia una cena a base de pollo frito del famoso restaurante. El menú en cuestión está decorado con motivos navideños.
La cabra de Gävle, Suecia
En este caso, de una tradición ha derivado otra. En 1966, comenzaron a colocar en el centro de la plaza de Gävle una cabra de 13 metros de alto. Así continúan haciéndolo, pero en paralelo ha nacido la costumbre de intentar quemar al animal de madera. Tan extendida está esta última tradición que en la página del ayuntamiento de Gävle se puede seguir su progresión durante las fiestas. En los 48 años de historia, han sido 26 ocasiones las que han conseguido prender la cabra; la última en 2013.
Krampus, Austria
No todas las costumbres navideñas van a ser cálidas, llenas de dulces y renos sonrientes, en este caso, la tradición austriaca recuerda más a Halloween que a Navidad: un demonio vaga por las calles asustando y castigando a los niños que se han portado mal. Su nombre es Krampus y se dice que es el compinche malvado de Santa Claus. Mientras este último premia a los pequeños con buen comportamiento con regalos cada Navidad, Krampus se los lleva en su saco si han sido malos. Durante la primera semana de diciembre, jóvenes disfrazados de este demonio pasean por las calles de Austria.
Esconder las escobas, Noruega
Sí, como suena, esconder escobas. Es una de las costumbres más extrañas, pero también tiene su explicación. Encuentra su origen hace cientos de siglos, cuando todavía se creía en las brujas y los malos espíritus. Los noruegos de antaño solían tener miedo de que estos se aparecieran en Nochebuena en busca de escobas con las que volar, y la extraña tradición se ha mantenido hasta la actualidad.
Sacar los patines, Venezuela
En Caracas, Venezuela, han encontrado la manera perfecta para que ir a la iglesia en Nochebuena no se haga pesado: ¡recorrer el trayecto en patines! Cada año, los habitantes de la ciudad se dirigen a sus respectivas iglesias de culto antes de la cena, pero, por motivos desconocidos, han elegido hacerlo patinando. A la vuelta, de nuevo sobre ruedas, recogen sus tamales (una masa de maíz rellena de carne y envuelta en hojas de mazorca) para cenar en familia. Toda la ciudad se rinde a esta tradición, incluso cortan las calles principales de la ciudad para evitar todo tipo de accidentes.
Ofrendas con cerveza, Irlanda
No podía ser en otro país, ¿verdad? En Irlanda, como en la mayoría de países del mundo, los más pequeños de cada casa dejan leche, galletas o algún tipo de dulce para que los Reyes Magos o Papá Noel, depende del lugar, cenen y sigan repartiendo regalos con las pilas cargadas. Los irlandeses han reinventado esta tradición y, en lugar de polvorones, le dejan a Santa Claus un poco de pudding hecho con cerveza o whiskey irlandés.
Barbacoa en la playa, Australia
Aunque en nuestra imaginación la Navidad esté siempre teñida por un manto blanco, muñecos de nieve y jerséis de invierno con los estampados más peculiares; no en todo el mundo se vive igual. En Australia cambian la nieve por la arena. Una de las ventajas de que el mes de diciembre sea pleno verano en la otra mitad del mundo. En lugar de una gran cena de Nochevieja o una comida de Navidad en el salón de casa, los australianos se llevan la celebración a la playa. Barbacoa, sol, aire libre, regalos… No pinta nada mal una Navidad así.
Telas de araña para decorar el árbol, Ucrania
Cuenta una antigua leyenda ucraniana que una viuda muy pobre y sus hijos no tenían dinero suficiente para decorar su árbol de Navidad, por lo que lo cubrieron de telas de araña. Durante la noche, un grupo de arañas vieron la peculiar decoración y decidieron “readornarlo” con cintas doradas y plateadas. Dicen que desde entonces la familia prosperó y nunca más pasó penurias. Es por esto, que cada años los ucranianos cubren sus árboles con falsas telas de araña, porque nunca se sabe quién correrá la misma suerte que la familia del cuento.
Supersticiones casaderas, República Checa
En República Checa deben pensar que cualquier momento es bueno para pedirle a la suerte por un buen marido; y es que tienen una costumbre navideña muy suya: en Nochebuena, las mujeres solteras se colocan de espaldas a la puerta de su casa y tiran un zapato por encima de su hombro; si la punta del zapato queda mirando hacia la puerta, la lanzadora encontrará marido; si por el contrario cae con el tacón en dirección a la casa, continuará soltera, por lo menos un año más. No sabemos qué ocurre si el tacón cae de lado, ni si los hombres solteros también necesitan llamar así a la buena fortuna.
Secuestrar a los padres, Serbia
Es tan impactante como suena. En Serbia los regalos no se recogen del árbol el día de Navidad, sino los dos domingos anteriores a esta festividad. El primero de estos domingos, los niños serbios “secuestran” a su madre, la atan a una silla y no la sueltan hasta que reciben como rescate sus presentes navideños. El domingo siguiente, la víctima de esta tradición será el padre, que, de nuevo, cambiará su libertad por los regalos de sus hijos. Nuestra duda es qué ocurrirá si los regalos no llegan.
Poemas por regalos, Letonia
Letonia tiene una de las tradiciones navideñas más bonitas de esta lista. Todos los años, tras la gran cena familiar de Nochevieja, los miembros de la familia se intercambian sus regalos debajo del árbol; pero, antes de abrirlos, deben recitar un poema por cada uno de sus paquetes. Se trata de una costumbre muy peculiar, a la vez que adorable, que hace la noche más especial y ayuda a desarrollar el ingenio de toda la familia.
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